No quiero anclas: se oxidan, te amarran, te piden, te enferman de una profunda oscuridad.
Quiero raíces, para avanzar sintiendo el olor húmedo del túnel fértil y terroso, los pasos de la gente, mi cielo abierto e infinito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario